Una parece conocerse hasta que llega el autorretrato…

Ejercicio divertido y lleno de peculiaridades. 

Con el autorretrato sin mirar al folio, he perdido las dimensiones, la percepción de las distancias y el control de las formas. He trabajado con un rotulador lineas claras, rápidas, con trazos que muestras un pensamiento rápido e intuitivo. He sentido la incapacidad de poder dibujar mis rasgos, los pequeños detalles y finalmente he acabado por utilizar símbolos y lineas simples.

En cuanto al autorretrato con la mano izquierda, aunque me ha permitido tener mayor consciencia del espacio y de los elementos que iba dibujando, sentía que lo que quería dibujar finalmente no tenía el resultado esperado, como si algo fallara entre la señal de mi cerebro y lo que finalmente hacía mi mano.

He seleccionado este dibujo para realizar la intervención con manchas. 

Intervención con manchas: 

He utilizado rotuladores de colores vivos y saturados, con un acabado en aspecto “brochazo” manteniendo la dirección de las líneas. He llenado de color la hoja en blanco y negro aportando un tono divertido y jovial, incluyendo un fondo llamativo no dibujado en el autorretrato de origen.

He disfrutado viendo el trabajo de Sara Erenthal, quizás de ahí mi inspiración en utilizar rotuladores, lineas claras y colores intensos. Me encanta su sencillez y simplicidad, además de cómo utiliza los colores y contrastes.

Termino con una de las citas que más me ha gustado encontrar en estos días de lectura:

«Aprender a dibujar es en realidad cuestión de aprender a mirar –a mirar correctamente– y eso significa mucho más que mirar con los ojos» (Nicolaides, 1941, pág. 5).

Autorretrato sin mirar

Autorretrato con mano izquierda

Autorretrato mirándome en el espejo y realizado con la mano menos diestra.

 

Autorretrato dibujado con mano izquierda incluyendo trama

Autorretrato con mano izquierda en el que he incluido trama con rotuladores de colores vivos.